Romperse en silencio

Como parte de un proceso de duelo elaboré este díptico. Intentaba responderme ¿cómo puede sentirse tanto, lo que ya no está?, ¿cuánto tiene que doler el alma para que el cuerpo desee veneno? Inventé y reinventé estas imágenes para que dijeran lo que yo no podía. Buscando entendí que mi cuerpo y mi dolor, debían transferirse directamente a ellas. Realicé un ritual, en el cual por trece noches coloqué las fotografías impresas bajo mi cuerpo mientras dormía, para que el dolor permeara en el papel. Mis movimientos, mis angustias nocturnas y mis malos sueños fueron derramándose hasta él. Las imágenes se agrietaron silenciosamente hasta romperse, como yo lo hice, como entre nosotres lo hicimos… alguna vez.

Scroll al inicio